Empresas fluidas: cómo reducir el estrés y aumentar resiliencia en nuestras organizaciones

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La empresa fluida es el nuevo paradigma a lograr en una nueva normalidad caracterizada por la incertidumbre total. Para conseguirla necesitamos renunciar – al menos de vez en cuando – al ideal de maximizar la productividad empresarial, porque cuando estamos concentrados en ser productivos, dejamos de ser creativos y flexibles. Dejamos de fluir con lo que acontece.

Los equipos altamente concentrados en un objetivo se estresan y se vuelven rígidos. Pensemos en el ambiente de estrés que hemos visto en tantas películas sobre redacciones de medios. El gigante esfuerzo colectivo en las últimas horas de la tarde por sacar el mejor periódico posible al día siguiente empuja a cada empleado a su máximo rendimiento. Lo empuja y empuja hasta su límite de tensión. Sacan el mejor producto posible, pero tensionan y cansan al equipo.

Ahora pensemos en los ambientes altamente creativos que vemos en retratos de Syllicon Valley, los ecositemas de emprendedores, o los artistas. Salas de juegos, futbolines, largas tardes tocando juntos sin rumbo claro, puestas de sol o clases de yoga.

Las revoluciones tecnológicas de Apple y Google, o los grandes hits musicales como “Despacito” llegan tras horas y horas de actividades no lineales, es decir, no orientadas a un objetivo concreto. Aparecen cuando menos lo esperamos, tras muchas sesiones rebosantes de buen rollito sin un resultado claro.

Explora lo salvaje

“No lineal” significa que no sirve para nada ahora mismo. Es un juego. Así es como razonamos todos de niños, en la época más prodigiosa de desarrollo y adaptación de nuestras vidas. Lo que nos hace creativos y flexibles es nuestro lado menos lineal y racional, o como me gusta llamarlo a mí, nuestro lado salvaje.

Las primeras tribus humanas sabían instintivamente lo crítico que eran estos espacios sin objetivos para reponerse de esfuerzos más concentrados de caza y supervivencia. No hace mucho la película “Avatar” nos lo recordaba con esos rituales de los indígenas azules llamados Nabis. Los animales también dedican muchas horas a jugar, rascarse mutuamente y divertirse cuando no están cazando o evitando ser cazados. Tensan para lograr objetivos, y luego juegan para destensar y recuperar resiliencia.

Es una idea tan simple que nadie nos la va a enseñar en un MBA. Concentrar a nuestros equipos en lograr un objetivo aumenta su estrés, y por ello, reduce su flexibilidad. Relajarlos con actividades lúdicas sin objetivo ni agenda concretos les devuelve tranquilidad, complicidad, sensaciones positivas de conexión, y ganas de crear. Pero hasta ahora las empresas habían abandonado a sus empleados a que buscasen estas actividades no lineales en casa o donde pudiesen.

Fluir en tiempos Covid

Con el covid, el distanciamiento social afiló de golpe nuestro vicio por la especialización eficiente. Al irnos todos a casa eliminamos de repente todos los roces cotidianos sin objetivo que devolvían flexibilidad y buen rollo a nuestros colaboradores. Ya no hay pausas de café, ya no nos guiñamos el ojo de una esquina del open floor a la otra, ya no le lanzamos un emoticono sonriente al compañero que vemos llegar hundido o nervioso. Toda esa actividad no lineal con la que los empleados se estaban procurando su relajación y reconexión por su cuenta se acabó.

Ahora cada empleado en su casa interactúa con sus compañeros por email o teléfono para resolver tareas concretas y punto. Sólo tensamos. Sólo concentramos. Sólo hacemos un zoom para producir. Todo es pensamiento lineal orientado a lograr objetivos. Ya no tenemos actividades no lineales que nos relajen y nos hagan sentirnos tranquilos, conectados, orgullosos de trabajar juntos. Así se está resintiendo la salud mental en todo el mercado laboral.

¿Cómo es la nueva empresa fluida?

La nueva empresa fluida dedica un porcentaje de sus recursos a crear espacios de actividad e interacción no lineal a todos los niveles, reinventando la función de RRHH para no sólo organizar y optimizar la fuerza laboral, sino también para volver a relajarla y reconectarla:

  • Las reuniones incluyen un espacio pequeño para hacer una ronda en la que cada participante expresa libremente lo mejor y lo peor de su semana.
  • Los emails incluyen unas líneas sobre el estado de ánimo de la empresa, preguntan cómo se encuentra la gente, ofrecen apoyo emocional.
  • Los jefes ponen en su lista de tareas un nuevo objetivo: asegurarse de tener una conversación telefónica a la semana con cada subordinado en la que hablen de otras cosas no útiles como el fútbol o una serie emocionante.
  • Recursos Humanos pone en marcha actividades no lineales para que se sumen quienes puedan y quieran compartir: clubs de lectura por zoom, sesiones de yoga online, lectura de cuentos para niños una tarde por semana o “cocidos virtuales” entre directivos, en los que todos reciben el cocido listo para calentar, cada uno en su casa, y luego se conectan por zoom a las dos para comer juntos.
  • Los CEOs y altos directivos comparten de modo más transparente sus retos, preocupaciones y las técnicas que les ayudan a sentirse y trabajar mejor.

Reconectar y destensar

La imagen de los Nabis azules de Avatar, sentados alrededor de su árbol sagrado, nos da una imagen simbólica de este nuevo modo no lineal que luego cada empresa puede adaptar a la realidad de su modelo de negocio.

Necesitamos conectarnos y compartir nuestros sentimientos, estados de ánimo, motivaciones y desilusiones. No es algo que podamos decir de sopetón en tres minutos ni que podamos planificar. Nos juntamos, jugamos y celebramos, y de pronto nos sale decir algo no lineal, desde el corazón, que queda marcado en todo el equipo y da sentido y propósito al encuentro.

Estos espacios no lineales son los que nos reconectan con nuestra esencia humana y animal. Nos reducen el estrés y nos devuelven flexibilidad y resiliencia. Nos despiertan emociones y nos incitan a jugar con los demás. Y aquí es donde volvemos a descubrir que podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos, que no hay obstáculo demasiado grande. Igual que cuando éramos niños llenos de potencial.

Pino BethencourtExperta en liderazgo y crecimiento personal. Coach de CEOs y empresarios desde 2004