Liderazgo en su máxima expresión

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Javier Ibarrola| Madrid

Socio de Kaizen Asociados

 

¿Qué entiendes por liderazgo y en qué dimensión quieres llegar a ser un líder? No es igual tratar de emular a Obama que a Vicente del Bosque, ya que para llegar a ser uno u otro las cualidades innatas no tienen que ser las mismas. Un líder se puede desarrollar, solo es cuestión de tener un objetivo claro, estar comprometido con ilusión y ponerse a trabajar con esfuerzo en un plan de acción para conseguirlo.

Uno de los rasgos que más se relacionan con el liderazgo es el carisma. Un líder debe de ser aquel que es capaz de crearte un mundo al que quieres pertenecer. Daniel Goleman define a este tipo de líder con seis rasgos principales:

– Autoconocimiento: es capaz de reírse de sí mismo.

– Autocontrol: es capaz de controlar sus emociones.

– Automotivación: se comporta como una persona apasionada con lo que hace.

– Autoestima: confía en sí mismo.

– Empático: es capaz de ponerse en los zapatos del otro.

– Networker: nunca come solo.

Si uno tiene una auténtica vocación de líder y motivación para perfeccionar sus habilidades no es complicado trabajar en los seis atributos que acabamos de mencionar.

Lo que sí constituye una condición sine qua non para ser un líder, es que debe de poseer una gran inteligencia emocional. Como sabes la IE consiste en actuar con inteligencia y ser capaz de conocer y controlar nuestras propias emociones con el fin de adaptarlas y conducirlas en cada situación. A estas características podríamos añadirles la eficiencia y la resiliencia.

Una persona eficiente es aquella que actúa de forma proactiva, tiene claros sus objetivos, sabe establecer prioridades, piensa y se comporta como un vencedor, entiende antes de ser entendido, busca sinergias y ejecuta de forma eficiente. Una persona que posee un elevado nivel resiliencia es alguien capaz de sobreponerse rápidamente a cualquier contrariedad que le pueda surgir en el desarrollo de su liderazgo.

Uno de los principios más sabios que jamás se han enunciado y que se puede extrapolar a la ciencia del liderazgo es el conocido principios de Charles Darwin: la especie que sobrevive no es la más fuerte ni la más inteligente, es la que mejor se adapta al cambio.

Estamos viviendo un momento de crisis, que es otra denominación de algo más profundo que nos está aconteciendo, un cambio de paradigma que reclama nuestra actuación y liderazgo.