Los 8 niveles de consciencia del CEO

Los líderes tienen una brecha significativa entre la complejidad de las tareas que afrontan y su propia complejidad mental. Esta suele ser la causa más común del fracaso ejecutivo por lo que cada vez cobra más fuerza la apertura a nuevos niveles de consciencia basados en el aprendizaje vertical. Un método transformador, avalado por los laboratorios de investigación de Harvard, Stanford, Cambridge o los programas de élite de desarrollo directivo, que nos enseña a pensar, sentir y comprender el mundo a través del desarrollo de la inteligencia emocional y cognitiva (‘The Future of Leadership for Conscious Capitalism’, Barret C. Brown).

Hasta hace poco, los programas de liderazgo ponían el foco en el qué. Un aprendizaje tradicional que impulsan el conocimiento y las habilidades técnicas. Mientras que el aprendizaje vertical, que viene a complementar los enfoques más horizontales, ahonda en la capacidad de análisis y resolución de conflictos, mejora las relaciones interpersonales y permite la adaptación a nuevos escenarios de forma rápida y eficaz.

Si queremos realizar la gestión del cambio con éxito, tendremos que empezar por transformarnos nosotros mismos para responder a las exigencias relacionales del liderazgo actual.

Los líderes que emplean mente y emoción en la gestión del cambio obtienen una perspectiva más completa de la realidad y aumentan las posibilidades de éxito.

Los 8 niveles de consciencia de Bill Torbert

A tenor de tendencia, el científico del management Bill Torbert creó uno de los modelos de aprendizaje vertical aplicado a las empresas fruto de más de 40 años de investigación con millares de líderes. Tal y como explica el coach ejecutivo Carlos Herreros de las Cuevas, “Torbert describe 8 niveles de desarrollo mental o “lógicas de acción” que describen cómo tendemos a interpretar nuestro entorno y cómo nos comportamos cuando están en juego asuntos de poder y de oportunidad temporal. De modo que, si cada directivo conoce la lógica que le mueve en el ámbito empresarial, está dando el primer paso hacia el desarrollo de un estilo de liderazgo más eficaz”.

Carlos Herreros de las Cuevas explica así cada uno de los niveles de consciencia en Directivos y Gerentes.

1. El Oportunista

El líder oportunista tiene tendencia a focalizarse en logros o victorias personales y ven el mundo y a las personas como oportunidades a explotar. Su enfoque hacia el mundo exterior viene determinado principalmente por su percepción del control. En otras palabras, cómo reaccionarán ante un acontecimiento, dependerá sobre todo de si creen o no que pueden dirigir el resultado. Tratan a los demás como objetos o como competidores que también van a lo suyo. Pocos oportunistas mantienen su puesto durante mucho tiempo a menos que transformen su lógica de acción y adopten otra más eficaz.

2. El Diplomático

Sirve al grupo con lealtad y trata de complacer a los colegas con un estatus superior, al tiempo que evita los conflictos. Esta lógica de acción se focaliza en lograr controlar el comportamiento propio más que el de acontecimientos externos o a otras personas. Según la lógica de acción del Diplomático, el líder sale mejor parado y es aceptado durante más tiempo y ejerce más influencia, cooperando con las normas del grupo y desempeñando bien sus roles diarios. Aunque son mucho más problemáticos cuando tienen roles directivos más elevados porque intentan ignorar los conflictos.

3. El Experto

El líder experto supone la mayor proporción de todos los directivos. Ejercitan este control perfeccionando su conocimiento tanto profesional como personal. Son excelentes como trabajadores individuales. Pero pueden ser problemáticos como directivos porque siempre están seguros de que tienen la razón.

4. El Logrador

Son directivos que , a la vez, reta y apoyan y, además, crean una atmósfera positiva en los equipos y en las relaciones interdepartamentales. Estos líderes crean un entorno de trabajo positivo y centran sus esfuerzos en conseguir resultados concretos; la contrapartida es que, por su estilo, les resulta difícil pensar fuera de los cauces establecidos ( outside the box).
La comprensión del mundo de los Logradores es más compleja y está más integrada. Más dispuestos a recibir feedback y a ser conscientes de que muchas de las ambigüedades y conflictos de la vida diaria se deben a diferencias de interpretación y a las formas de relacionarnos.

El líder logrador sabe que para transformar creativamente y resolver los encontronazos se necesita sensibilidad a las relaciones y la capacidad de influir en los demás de forma positiva.

5. El Individualista

La lógica de acción del Individualista reconoce que ni la suya ni la lógica de acción de los demás es “natural”: todas son construcciones de uno mismo y del mundo. Esta idea aparentemente abstracta facilita que los líderes Individualistas aporten un valor práctico único a sus organizaciones; ponen en perspectiva sus personalidades y formas de relacionarse y se comunican bien con personas que tienen otra lógica de acción. Tienden a ignorar las reglas que consideran irrelevantes, lo que puede producir irritación en sus colegas y en sus jefes.

6. El Estratega

El líder estratega apoya su lógica en las limitaciones y percepciones organizativas que abordan como siempre discutibles y transformables. El Estratega también sabe crear visiones compartidas a lo largo de diferentes lógicas de acción y son mejores gestionando las resistencias al cambio instintivas. Por lo tanto, son agentes de cambio eficaces.

7. El Alquimista

Los Alquimistas tienen una capacidad extraordinaria para abordar simultáneamente múltiples situaciones y en diferentes niveles. Puede afrontar prioridades inmediatas sin perder de vista los objetivos a largo plazo. Son carismáticas y muy conscientes que viven con estándares morales altos. Se focalizan en la verdad. Quizá lo más importante es que son capaces de capturar momentos únicos en la historia de sus organizaciones, creando símbolos y metáforas que se dirigen a los corazones y a las mentes de las personas.

8. Evolucionar como líder

Los más estimulante de la teoría de Torbert es que los líderes pueden transformarse de una lógica de acción a otra gracias a herramientas y procedimientos concretos para intentar elevar el nivel de consciencia.