Mireia del Pozo: “Es como si las mujeres dejáramos de cobrar en noviembre”

La mejor política económica de un país es la del Trabajo, con la igualdad salarial en el centro. Así de contundente se muestra Mireia Del Pozo, presidenta del Centro de Estudios de las Mujeres de Europa y miembro del Tribunal Laboral de Cataluña, que defiende que las buenas políticas de empleo son las que mejor contribuyen a las creación de empresas y riqueza.

En muchos países ya existen leyes que prohíben la discriminación salarial por género, pero a pesar de todo aún persisten diferencias significativas en los salarios que reciben hombres y mujeres. Del Pozo reclama el cumplimiento de la normativa actual y su aplicación inmediata, que reconoce que la igualdad salarial es un derecho. “Hay sectores de primera y de segunda. Los que están feminizados presentan sueldos más bajos, es la realidad. Detrás de cada sector, empresa y trabajo hay una persona con derechos que proteger y respetar, que son equivalentes para todos, y es por ello el trabajo ha de ser de igual valor. Si no, no se está valorando correctamente”.

La presienta del CEDE apuesta por que las políticas de empleo se sitúen en el centro de las políticas económicas de los estados. “Cuando se regula y se fomenta el trabajo igualitario, se favorece la creación de empresas, pymes y microempresas, autónomos y emprendedores, y, en consecuencia, de la contratación”. 

Conversamos con Mireia del Pozo con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Mujeres y hombres avanzando juntos cogidos de la mano en la diversidad, creando riqueza de equipos. Pues las personas hemos pasado a movernos por las ideas, por la coherencia, no ya por las órdenes.

Canal CEO: ¿Por qué el papel de las mujeres se ha estancado en los últimos tres años en cuando a representación en puestos de alta dirección y si esta brecha también se produce al alto nivel?  

Mireia Del Pozo, presidenta del CEDE: Efectivamente es como si hubiéramos retrocedido varios pasos en los últimos tres años. Cuando se mezcla el derecho al trabajo con los cuidados no remunerados, se pierde la igualdad, y esto es lo que ha sucedido a raíz de la emergencia sanitaria causada por la COVID-19, que supuso un crecimiento exponencial del teletrabajo. Un teletrabajo que no siempre ha sido en positivo para la mujer, que le ha repercutido negativamente a nivel de los tiempos destinados a los cuidados (de familiares) y en salud mental por la triple carga de trabajo. Ya no hablamos de una doble carga, sino de una triple. Y estos últimos no remunerados.

Por todo ello el esfuerzo que tenemos que hacer para recuperar lo perdido y seguir avanzando hacia una igualdad real es mayor. Pues se trata de un fenómeno transversal: ha afectado a todo tipo de trabajos, con mayor o menor cualificación, también a los de dirección y alto nivel.

Canal CEO: ¿Qué políticas de desarrollo femenino deberían llevarse a cabo desde la base de la pirámide para que según se avanza en la pirámide de las organizaciones tengamos igualdad de oportunidades y puedan llegar a lo más alto las mejores? 

Mireia Del Pozo, presidenta del CEDE: Las posibilidades de conciliación y corresponsabilidad para mujeres y hombres han de ser exactamente las mismas. Esto es fundamental, pues estamos hablando de personas, de Derechos Humanos. De la misma manera que la separación correcta de los tiempos. Afortunadamente, con los últimos cambios legales (una normativa de las más evolucionadas de Europa) ya está regulado, pero aun no extendiéndose empresarialmente ni llevándola a la práctica. Al hacerlo realidad las mujeres tendrán las mismas opciones que sus compañeros hombres porque está demostrado que cuando las personas tienen las mismas posibilidades, sean mujeres u hombres, llegan. Ya lo vimos en su momento con las mujeres en la abogacía y posteriormente juezas.

Ahora es el momento del despliegue total tanto a nivel de recursos como de tiempo: para formarse, hacer Networking de calidad y ejercer los puestos de poder exactamente igual que los hombres. Para todas aquellas que así lo quieran. Del mismo modo que del tiempo de los cuidados y autocuidados de calidad.

Si se avanza en estas políticas positivas se conseguirá que los avances sean transversales: se beneficiaran todos los sectores y en todos los niveles.

Canal CEO: Como bien indicáis, hay sectores o ramas profesionales femeninas, sin embargo en los momentos de gestión más duros de los últimos años los grandes referentes internacionales han sido mujeres (Angela Merkel, Jacinda Ardern) que han demostrado que la mirada femenina aporta una serie de valores esenciales para hacer frente a los retos de la nueva economía. ¿La igualdad será real cuando los hombres adopten actitudes/roles de los llamados femeninos? 

Mireia Del Pozo, presidenta del CEDE: Absolutamente las grandes referentes rotundas y quienes han tirado del carro de forma maestra han sido mujeres. Se trata del conocido liderazgo femenino. Un liderazgo inclusivo e incluyente que nada tiene que ver en sí con el hecho de ser mujer. Barak Obama tenía este tipo de liderazgo. El liderazgo tradicional o liderazgo denominado «macho alpha» ha muerto. El Covid19 lo mató. Punto positivo que debemos aprovechar, mujeres y hombres avanzando juntos cogidos de la mano en la diversidad, creando riqueza de equipos. Pues las personas hemos pasado a movernos por las ideas, por la coherencia, no ya por las órdenes.

Canal CEO: ¿Cuáles son los retos a medio plazo para avanzar en el desmantelamiento de la brecha salarial? 

Mireia Del Pozo, presidenta del CEDE: Necesitamos un cambio genérico más allá de las leyes. El cambio social y cultural, aterrizándolo en el cambio cultural real empresarial que estamos liderando y somos referentes con un éxito de entre el 90 y el 100%.  Para garantizar la igualdad salarial no hay controles reales efectivos ni la valoración de los sitios de trabajo es aún la correcta, falta la transversalidad y mirada de género. Esta perspectiva cuesta mucho tenerla en el sí de las empresas, falta mucha formación y sensibilización empresarial real para abordar la cuestión. Ello debe hacerse con personas preparadas, tituladas y expertas acompañándolas, en base a las directrices de UE y ONU, abriendo camino. Falta tomar conciencia personal y laboralmente: de nuestros comportamientos, normalización de «privilegios» de los hombres (por ejemplo, de pluses y sectores de primera y segunda) y de la invisibilizarían de los trabajos feminizados o no remunerados.

Cuando España abra los ojos y se dé cuenta que la mejor política económica es la del trabajo con la igualdad salarial en el centro, ese día viviremos en auténtica democracia.