Liderazgo y digitalización: el tándem ganador ante el nuevo paradigma económico

“Cuando llegas a las cotas más altas de las organizaciones, te encuentras con que no puedes progresar y ampliar tu zona de confort. Hay poco espacio”. Esta desconexión entre propósito, nuevos retos y rigidez empresarial llevó a Iñaki Alcaraz a fundar su propia compañía, AGLV, para conectar talentos, impulsar la innovación y ayudar a romper las barreras de acceso a la digitalización de las compañías. El resultado, una perspectiva privilegiada sobre las claves que pueden llevarnos a liderar nuestro sector.

Aunque el caso de Iñaki no es aislado. Cada vez es más frecuente el éxodo de directivos que deciden orientar su talento hacia un propósito propio. Este cambio de rumbo les permite poner en marcha de forma ágil proyectos innovadores que, en las estructuras tradicionales, cuesta desarrollar o cuyo destino es una vía muerta.  Sin duda, esta es una de las razones por las que más del 84% de los autónomos lo son por convicción propia, aunque, lógicamente, encuentren dificultades, sobre todo en los inicios.

Por ello, contar con un aliado que pueda realizar un análisis del negocio y definición de estrategias de atracción para obtener resultados con éxito, se convierte en una de las opciones que, cada vez con más asiduidad, son implementadas por las compañías.

Desde AGLV, nos explica Iñaki “lo hacemos a través de nuestra metodología basada en estas 4 grandes fases: A: Análisis, G: Definición del gancho, L: Liderazgo de todo el proceso del plan de acción y V: Visibilidad y Ventas, en la que no sólo realizamos una labor de consultoría tradicional, sino que el proceso se completa con un acompañamiento de meses y concluye cuando ese empresario está más capacitado y adquiere más autonomía. Tiene más influencia para mejorar los procesos internos o logra que sus propios colaboradores trabajen mejor, estén más motivados y consiguen mejores resultados por sí mismos”.

“El liderazgo vendrá porque cada uno será dueño y señor de lo que desee hacer con su propia economía”

Colaboración e inteligencia colectiva

¿Cómo será el nuevo liderazgo? En base a la experiencia de Iñaki, el nuevo liderazgo beberá de dos fuentes, principalmente. Por un lado, “cada uno será dueño y señor de lo que desee hacer con su propia economía”. Y, por otro lado, ligado de manera precisa a este criterio, será un liderazgo sustentado en la inteligencia colectiva.

El nuevo modelo colaborativo es una de las mayores y más importantes disrupciones de la economía digital en la que nos encontramos. En este sentido, “hay que estar abiertos para reconocer que fuera de la organización puede haber mejor talento” y en este nuevo modelo de trabajo debemos contar con las herramientas (aceleradoras de proyectos, laboratorios de innovación, etc) y mecanismos de control , estableciendo objetivos smarter, para poder establecer una relación a largo plazo y recíproca con él.

“Hay que estar abiertos para reconocer que fuera de la organización puede haber mejor talento”

Automatización en la era digital

Y, ¿cómo mejorar otros ámbitos, como pueda ser la experiencia del cliente? La respuesta, asevera Alcaraz, la tenemos en la automatización: es una de las grandes innovaciones de los próximos años y va a potenciar de una manera más que sustancial la propuesta de valor y experiencia percibida.

En esta línea, Iñaki Alcaraz recalca que las pequeñas empresas aún no están preparadas para asumir este cambio de paradigma en la economía digital, siendo estructuras mixtas necesitan un cambio de cultura y mentalidad, a pesar de que son los propios empresarios los que empujan los proyectos más innovadores.

Sin embargo, los grandes retos que permite afrontar la economía digital se sustentan en mejoras tanto en la reducción de los costes, tiempos como en la adaptación a las demandas del cliente en menor tiempo y logrando, en consecuencia, una experiencia de cliente indudablemente mejor.

Por ello, contar con un partner como AGLV, matiza Iñaki, “ayuda a las empresas a adaptar si no todo, gran parte de sus procesos, para aumentar su propuesta de valor. Analizamos los puntos de mejora, y vemos las fases en las que pueden implementar las tecnologías existentes en el mercado. De este modo, permite a la compañía poder dedicar tiempo y aportar valor a aquellas áreas más interesantes y que motiven a los empleados”.