La oscura historia del CEO que se bajo el sueldo

Diego Posada| 11 de enero de 2016

l pasado abril el mundo empresarial se sobresaltaba con la política retributiva del CEO de una empresa tecnológica de Seattle (EEUU). Se trataba de Dan Price y había decidido que sus empleados cobrarán 65.000 euros anuales durante los próximos tres años. Para eso, se rebajaría el sueldo de un millón de euros hasta igualarlo con el de sus empleados.

Las portadas se preguntaban si este era el mejor jefe de América. Los medios de comunicación del mundo se hacían eco de las buenas intenciones del Ceo de Gravity sobre el bienestar emocional de sus empleados o sus declaraciones sobre por qué una alta suma de dinero no es necesaria para conseguir la felicidad. “Creo que el sueldo de los CEO se ha salido de madre. Es algo que me ha terminado impactando, porque quiero que la compañía sea sostenible incluso en el caso de que algo me ocurra” llegó a afirmar.

Pero la historia del jefe solidario encierra sorpresas que demuestran que el clima laboral o la felicidad ajena no es lo único que movía a este joven treintañero.

Campaña de marketing

La bajada de sueldo inundó los medios de comunicación gracias a un plan muy bien diseñado. A la convocatoria de prensa en la que Price anunció su bajada de sueldo sólo acudieron el diario New York Times y la televisión NBC, dos de los medios más potentes de Estados Unidos. Unos días más tardes Price había concedido entrevistas a decenas de medios y ya tenía un contrato con una agencia de speakers. Su caché se disparó y pasó a cobrar 20.000 dólares por conferencia o 500.000 por los derechos de un libro.

Además la facturación de la compañía, dada su fama, se ha disparado. Los nuevos clientes han provocado la contratación de 20 nuevos empleados, llegando a los 140 trabajadores.

Peleas familiares

Pero el recorrido como ´jefe ejemplo´ no fue lo que motivó este recorte de sueldo. Dan fundó esta empresa hace algo más de diez años con un dinero aportado por su hermano. El sueldo que tenía rondaba los 50.000 dólares en 2011. Sin embargo, en 2012 ya se situaba en el millón de dólares. Una cifra elevada para su sector, donde los directivos más altos cobraban entre los 350 y los 710 mil dólares.

Esa distancia salarial frente a su competencia fue lo que llevó a su hermano Lucas, accionista y con derecho sobre los beneficios, a quejarse y posteriormente demandarle. Según su versión, el poder que Lucas tenía al frente de la empresa le hizo obtener un sueldo mayor del debido y a la vez dejarle a él con menos dinero.  Con esta maniobra Dan ganaba popularidad y evitaba que su hermano ganara más dinero.