Cómo desarrollar el autoliderazgo

autoliderazgo

El autoliderazgo es el conjunto de habilidades que desenvuelven la capacidad de influencia intencionada y consciente sobre los propios pensamientos, emociones y conductas, con el objetivo de alcanzar las metas personales que se ha propuesto un individuo.

«El autoliderazgo ayuda a tener control sobre la propia actividad, desarrollando las competencias necesarias para potenciar el crecimiento personal, de forma que se cree mayor seguridad y confianza en el empleado» Gonzalo Martínez de Miguel, CEO de INFOVA.

Existen una serie de comportamientos psicológicos y actitudes, que representan la concepción de autoliderazgo cuyas principales características son:

  • Automotivación: Es la habilidad que permite a las personas seguir progresando frente a los desafíos que se puedan presentar en el camino y alcanzar los objetivos planteados.
  • Autoestima: Es el grado de seguridad y confianza que tiene un directivo sobre sí mismo. Esto implica particularidades como aceptación, respeto y cuidado.
  • Autoconocimiento: Es saber comprender las emociones, defectos, cualidades y problemas en cualquier contexto.
  • Autonomía: Es la facultad que posibilita a una persona a desenvolverse con independencia en su labor empresarial, poseer un criterio personal en la toma de decisiones y asumir la responsabilidad de las acciones propias.
  • Autogestión: Entendido como el sistema de organización de una persona en su actividad laboral, desplegando cualidades como capacidad de cooperación o facultad de tomar decisiones.

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Con estas características Martínez de Miguel expone los aspectos clave para desarrollar el autoliderazgo:

Tomar conciencia de uno mismo

El punto de partida para desarrollar el autoliderazgo es conocerse a uno mismo, analizar los puntos débiles y las fortalezas de la personalidad, así como comprender la  actitud y el comportamiento frente las amenazas y oportunidades.

Visión a largo plazo

Es fundamental saber dónde hay que ir para intuir cómo llegar. Es primordial fijar dónde llegar y en qué tiempo, así como las estrategias a emplear para cumplir estos objetivos

Elegir el camino:

Para cambiar la situación actual por la deseada, hay que analizar las áreas de mejora e identificar las mejores técnicas para conseguir progresar. Esta estrategia debe ser realista, por ello debe estar basado en las virtudes y defectos de los directivos.

Ser proactivo ante los desafíos:

Ante los obstáculos en una trayectoria profesional, hay que poseer una actitud positiva y encontrar una ventaja competitiva en la adversidad. Para ello, hay que plantear más de una alternativa, de este modo, se sentirá más seguro y confiado.

Marcar objetivos:

Es vital plantear una serie de objetivos, tanto a medio como a largo plazo, pero que sean realistas y alcanzables. Además no hay que olvidar que deben ser evaluados, de forma que sean medibles.

Mantener un propósito:

Toda persona tiene momentos de debilidad, sin embargo, antes de abandonar, se debe de recordar porque se empezó, y ello servirá como fuente de fortaleza para seguir adelante.

Buscar un medio para evadirse

Es normal que en algunos momentos, algunas personas estén saturadas, por esa razón, es necesario encontrar tiempo para desconectar mental y emocionalmente; ello va a permitir reducir el nivel de estrés y ansiedad, ayudando a ser más productivo.