Buscando la eternidad: los antiguos filántropos dejan paso a los CEO activistas

Son empresarios exitosos, pero también son personajes que destacan por su intensa actividad en favor de diferentes causas sociales y políticas. A diferencia de sus predecesores, que realizaban millonarias donaciones silenciosas y sin esperar un aplauso, sus logros son espejo y altavoz de nobles causas. Los millennials aplauden su sensibilización y sueñan con trabajar para ellos. Son los CEO activistas, los filántropos del siglo XXI.

Siempre han existido empresarios que, además de por su exitosa actividad profesional, se han caracterizado por su sensibilidad hacia determinadas causas sociales, políticas o medioambientales. Hablamos de multimillonarios como John D. Rockefeller, J. Thomas Ford o Andrew Carnegie, impulsores de importantes fundaciones que durante décadas han destinado miles de millones de dólares a todo tipo de obras benéficas.

Esta figura, la del empresario filántropo, está especialmente arraigada en la cultura anglosajona, donde la inexistencia de un Estado del Bienestar fuerte fomenta el asociacionismo ciudadano en ámbitos como la educación o la sanidad. No obstante, también España cuenta con unas 9.000 fundaciones en activo, que aportan más de 8.000 millones de euros anuales a proyectos de interés general que benefician a unas 35 millones de personas.

De la filantropía al activismo

A diferencia de los empresarios filántropos del siglo XX, los emprendedores que hoy se preocupan por mejorar su entorno presentan unas características muy específicas. Para empezar, no esperan a morirse para donar su fortuna a una determinada causa, como hacían esos filántropos del pasado, sino que realizan millonarias aportaciones a lo largo de su vida porque quieren conocer de primera mano los efectos de sus solidarias acciones.

Estos CEO activistas no dudan a la hora de mojarse en favor de las causas que más les interesan, aunque eso implique ganarse la enemistad de potenciales clientes que no están de acuerdo con esas mismas causas. De hecho, estos nuevos empresarios recurren a todos los canales a su alcance para practicar su activismo, lo que también incluye redes sociales como Facebook o Twitter, donde no titubean a la hora de expresar sus opiniones personales.

Referentes mundiales

Otra característica de los CEO activistas es que suelen liderar compañías relacionadas con las nuevas tecnologías. De hecho, posiblemente el precursor de este tipo de empresarios sea Bill Gates, el fundador de Microsoft, quien en 2000 creó junto a su mujer la Fundación Bill y Melinda Gates, muy activa en la lucha contra el tabaco y el VIH, en mejorar el sistema educativo de EEUU y en combatir enfermedades infecciosas como la malaria.

El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, es uno de los jóvenes CEO activistas que han decidido seguir los pasos de Bill Gates. En 2015, nada más nacer su primera hija, Zuckerberg y su mujer, Priscilla Chan, se comprometieron a donar el 99% de sus acciones en la red social a causas sociales. Y se comprometieron a hacerlo a lo largo de su vida, por lo que han empezado donando grandes sumas de dinero a proyectos de ciencia, educación o justicia.

Aunque ajeno al mundo tecnológico, tampoco podemos hablar de los CEO activistas sin mencionar al también estadounidense Warren Buffett. El multimillonario inversor puso en marcha en 2010 junto a Bill Gates la iniciativa Giving Pledge, que anima a las grandes fortunas a donar al menos la mitad de su patrimonio a causas filantrópicas. De hecho, él se ha comprometido a destinar hasta el 85% de su dinero a las fundaciones con las que colabora.

Atracción de millennials

Gates, Zuckerberg o Buffett son los nombres más representativos de una larga lista que también incluye a líderes empresariales tan conocidos como George Soros (impulsor de la fundación Open Society), Jack Ma (ex presidente de Alibaba), Jeff Bezos (responsable de Amazon), Laurene Powell (viuda de Steve Jobs e impulsora del Colectivo Emerson), Dietmar Hopp (fundador de SAP), Pierre Omidyar (presidente de eBay), Michael Dell (CEO de Dell), Gordon Moore (cofundador de Intel), Michael Bloomberg (creador de la agencia de noticias Bloomberg) o, fuera de EEUU, el magnate mexicano Carlos Slim.

Este tipo de empresarios -sobre todo los más jóvenes y vinculados a las tecnologías digitales, como Mark Zuckerberg- se han convertido en auténticos modelos a seguir para los millennials. De hecho, los jóvenes de esta generación se sienten muy atraídos por los líderes que abanderan causas sociales y medioambientales y, sobre todo, colaboran activamente con ellas.

Los jóvenes de esta generación se sienten muy atraídos por los líderes que abanderan causas sociales y medioambientales y, sobre todo, colaboran activamente con ellas.

Las encuestas indican que los millennials reconocen que las probabilidades de comprar un producto son mayores si detrás hay una compañía con cuyo líder comparten opiniones. Y casi la mitad de estos jóvenes entiende que es obligación del CEO tomar partido en los asuntos más relevantes. Por supuesto, ese activismo también funciona como imán para el talento, ya que la mayoría de estos jóvenes sueña con trabajar en las compañías de sus héroes empresariales.

Filantroemprendedores españoles

La actividad filantrópica no está tan extendida en España como en el mundo anglosjaón, pero aquí también tenemos CEO activistas. Pero estos filantroemprendedores nacionales no están tan acostumbrados a liderar megafundaciones de actividad internacional, sino que prefieren realizar aportaciones económicas a entidades del tercer sector, como ONG o asociaciones.

Las causas sociales son las más apoyadas por estos filántropos españoles, aunque últimamente ha aumentado su interés por otros ámbitos, como la investigación médica y científica o la educación. Según el libro Filantropía y progreso, de la revista Forbes, el único español merecedor de ser considerado como uno de los “grandes filántropos del siglo XXI” es Isidro Fainé, ex líder de CaixaBank y presidente de la Fundación La Caixa. En concreto, Forbes reconoce el “modelo de filantropía altamente profesionalizada y con un elevado nivel de exigencia” de Fainé.

El activismo del empresario catalán muy poco tiene que ver con el de otro de los CEO españoles más activo en materia de donaciones: el gallego Amancio Ortega. La actividad filantrópica del fundador de Inditex no responde tanto a una estrategia como a una sucesión de acciones puntuales: desde la donación de más de 300 millones de euros para adquirir equipos oncológicos para los hospitales españoles, hasta el reciente compromiso de fabricar más de 300.000 mascarillas quirúrgicas para combatir el coronavirus o COVID-19.

Activismo nacional de repercusión mundial

Una de las personalidades empresariales españolas más reconocidas a nivel internacional por su sensibilidad hacia las causas sociales es el jurista Antonio Garrigues Walker. El actual Presidente de Honor de España con Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados, removió conciencias en 2016, al dedicarle un poema a Aylan Kurdi, el niño sirio cuya muerte en una playa turca inmortalizó una impactante foto. A él se refirió Garrigues como “el niño eterno”.

Y otro reconocido CEO activista español es el chef José Andrés, quien reside y trabaja en EEUU. Este afamado y televisivo cocinero no sólo hizo una activa campaña contra Donald Trump antes de las últimas elecciones presidenciales norteamericanas, sino que en 2010 impulsó la organización World Central Kitchen, que propone soluciones innovadoras para terminar con el hambre y la pobreza en el mundo. Además, en 2017 sirvió más de 3,6 millones de comidas a los habitantes de Puerto Rico que habían resultado más afectados por el huracán María.

Chef José de Andrés. Fuente: El Periódico