El film La sociedad de la nieve, de J.A. Bayona, arrasa en los Premios Goya alzándose con 12 Premios Goya, entre ellas mejor película y mejor dirección. No es de extrañar. La película cautiva, emociona, ha sido rodada de manera magistral. Y se muestra fiel a hechos reales que nos dejan los pelos de punta, a pesar de referirse a un hecho de sobra conocido. No en vano, La sociedad de la nieve representará a España en los Premios Oscar 2024.
Llama poderosamente la atención de esta película el tratamiento que el director hace de los personajes, de quienes sobrevivieron 72 días allí arriba. Bayona ahonda en la humanidad de todos ellos. Nos muestra una especie de liderazgo grupal y no ese individual al que nos tienen tan acostumbrados otros grandes largometrajes.
Podríamos señalar que la cinta explora el deseo y la necesidad de supervivencia del grupo. Como esta es posible gracias a un fuerte sentimiento de comunidad, de asistencia mutua. Y cómo el liderazgo sale a la luz cual impulso vital en todos ellos.
”Nunca fuimos mejores personas que en la montaña”
El líder que no quiere serlo
Existen líderes que buscan serlo. Que se preparan para ello, para llegar a lo más alto y alzar su voz sobre las de los demás.
Y existen líderes reticentes. Estos últimos son de otro tipo, de otra pasta. Lo normal es que pasen desapercibidos y que decidan actuar, tan solo, cuando todo lo demás se desmorona a su alrededor. Su sentido de la justicia, del auxilio, de la supervivencia es tal, que toman las riendas con el fin de preservar el bien común.
Estos últimos son líderes reticentes, que no quieren serlo, pero cuyo sentido de la obligación les lleva a ello. Son quienes salvan la situación cuando la adversidad amenaza al conjunto. Y en la película de Bayona, este liderazgo se muestra latente, de alguna forma u otra, en sus personajes.
Conocemos otros líderes que han sido obligados por las circunstancias. Y que han salido airosos gracias a la confianza mutua y un modelo de liderazgo grupal. Un modelo donde la heroicidad se distribuye a partes iguales.
Cuando el liderazgo es invisible y viene de abajo
En la empresa, estos líderes también existen. Impulsan a las organizaciones, las mantienen y desarrollan sin llamar la atención, desde abajo. Y lo más importante, sacan a la marca de una verdadera crisis reputacional cuando ello parece imposible,
No en vano, este tipo de personas sobreviven a numerosos roles ejecutivos y CEO. Lo hacen porque son silenciosos, tienen un fuerte arraigo y un elevado sentido del compromiso y la solidaridad. Se muestran humildes y basan su ejercicio en la cooperación y colaboración mutuas.
Afortunadamente, cada vez son más las nuevas empresas que huyen de modelos férreamente jerarquizados en pro de una organización más humana.
En estas últimas, todo el equipo rema a favor, de manera coordinada y cooperativa. Y todos y todas se sienten líderes, dispuestos a preservar la supervivencia de la organización cuando el escenario tiembla. Y lo hacen porque de ello depende su propia estabilidad y, especialmente, la de quienes los rodean.
De este liderazgo colectivo habla Juan Ferrer en Cambiemos las organizaciones. Cómo activar la inteligencia, la responsabilidad y el liderazgo colectivo en las organizaciones (Gestión 2000). En este libro, Ferrer señala que las empresas deben comportarse como un grupo de jazz, donde priman la espontaneidad, la coordinación y la colaboración mutua. Y apuesta por un sistema de holocracia, de adhesión libre a los compromisos y objetivos corporativos desde la responsabilidad.
Alguien dijo una vez que el verdadero héroe no es el que sabe comportarse cuando gana, sino aquel que encaja la derrota con estoicidad y se prepara para un nuevo envite. Son estas personas quienes se muestran capaces de cambiar el rumbo de los acontecimientos sin esperar nada a cambio. Porque no buscan el reconocimiento.
En un mundo cada vez más individualista, donde los egos crecen a golpe de clic, este liderazgo es más importante que nunca. Y La sociedad de la nieve va un poco de esto. De cómo la supervivencia se basa en el apoyo, en el bien común y en el liderazgo compartido.
