La empresa que no esté dispuesta a salir en busca de talento, se condena a la mediocridad; y quien no sepa trabajar con equipos deslocalizados, renuncia a esas redes de talento. Formar el mejor equipo posible siempre fue garantía de éxito, y en el siglo XXI hay que asumir que entre sus miembros puede haber miles de kilómetros de distancia.

El modelo laboral tal y como lo entendíamos se transformó de manera acelerada con la llegada de la pandemia. Para millones de profesionales en todo el mundo supuso la llegada del teletrabajo, de nuevas políticas de conciliación y de nuevos vínculos afectivos con sus hasta ahora “colegas”. Pero pasada la urgencia, el ecosistema laboral se enfrenta a otro salto disruptivo: el trabajo híbrido. ¿Estamos preparados para esta nueva era?