Smart Feedback: La importancia de aplicarlo en la gestión de equipos

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Las empresas emergentes, como bien considera Santiago Vázquez, director del Instituto de Liderazgo del Tecnológico de Monterrey, en el prólogo realizado para Smart Feedback (Edita LID, 2018), requieren cada vez más capacidades relacionadas con la psicología, y no tanto con el trabajo manual. La autonomía, la confianza, el buen liderazgo o la crítica constructiva son fundamentales en el desarrollo de equipos. Vázquez asegura:

“El feedback es un elemento esencial en el crecimiento personal y profesional que nos ayuda a mejorar y tener relaciones más positivas con los demás”.

El concepto anteriormente mencionado –Smart Feedback– desempeña una función crucial en el desarrollo del talento. Se puede definir como el proceso de comunicación a través del cual nos dan información sobre nosotros mismos y viceversa. Si no desarrollamos la capacidad de escuchar y comunicar de manera ‘inteligente’, difícilmente podremos saber qué aspectos tenemos que cambiar o mejorar. Para las autoras del libro, Jane Rodríguez del TroncoRosa Rodríguez del Tronco y Noemí Vico García, «una organización que avanza, que crece, que busca desplegar todo su talento, es una organización en la que el feedback forma parte del día a día de las personas».

Antes de continuar con las recomendaciones para dar un feedback inteligente de manera correcta, es preciso establecer diferencias que existen entre los tipos de ‘retroalimentación’. Por un lado, se encuentra la positiva, cuyo objetivo es reconocer una conducta, lo que hará que la motivación aumente. Por otro lado, aparece la negativa, relacionada con los aspectos que se deben corregir o mejorar de un determinado comportamiento; en este caso, conviene hacer los comentarios en privado y cuidando las palabras para no dañar la autoestima de la persona a la que nos vamos a dirigir. En cuanto al formato, nos encontramos dos tipos, el formal, que se realiza en reuniones específicas, con un procedimiento y un tiempo concreto; y el informal, que surge sobre la marcha y se da de manera menos frecuente.

Claves para dar un buen Smart Feedback

Según precisan las autoras de Smart Feedback, hay ciertas reglas que se pueden seguir para dar un buen feedback:

  • Conviene ser descriptivo, evitando dar cualquier tipo de opinión sobre la personalidad de nuestro interlocutor.
  • Hay que ser específico, dar mensajes claros que no provoquen confusión.
  • Ser directo y dar un feedback orientado a la mejora o refuerzo de una actitud.
  • Ser selectivo, dar pocos mensajes y concretos, para que la comunicación no pierda su fuerza ni se desvíe del camino deseado.
  • Dar el feedback a tiempo para que no pierda validez ni importancia. Conviene hacerlo lo antes posible, evitando que pasen semanas o meses.
  • Tiene que ser equilibrado, no conviene esperar a tener algo bueno que decir para hacer un comentario negativo. Cada respuesta hay que darla en el momento adecuado.
  • Hacer sugerencias a nuestro interlocutor, en vez de indicaciones. Es mejor que sea uno mismo el que se proponga los cambios en vistas a un futuro próximo, no que alguien se los imponga.

Cabe destacar que ofrecer un feedback correcto conlleva un gran número de ventajas, tanto para las personas que los dan y los reciben, como a nivel organizacional. Desde el punto de vista individual, supone un desarrollo personal y profesional, un aumento de la motivación y el entusiasmo y una mejora de los resultados. Mientras que, para la empresa, es positivo porque permite una mayor retención de los profesionales, aumenta la competitividad, mejora la comunicación entre los compañeros y se da una mejora continua en cuanto a la inquietud y la curiosidad por avanzar y hacer las cosas mejor.