¿Quieres tener éxito en tu empresa? Prepárate para ser feliz

¿Quieres ganar un 10% menos en un lugar donde te tratarán bien, podrás desarrollarte, autogestionarse y, además, te vas a divertir? Si la respuesta es sí, sigue leyendo. Jaime Gurt nos expone cómo serán los trabajos del futuro. Es hora de ser felices.

Jaime Gurt es un ingeniero de Telecomunicaciones y PDD en IESE que, durante 7 años, se hizo cargo de la Dirección General de Infojobs, el primer lugar al que todos recurrimos cuando queremos cambiar de trabajo. Venía de negocio (antes había sido el director Comercial de la compañía), acostumbrado a medir todo, a analizar KPIs y evaluar resultados.

Se estrenó como CEO en plena crisis de 2010. Traía un modelo de negocio tan innovador como eficaz: quería imponer una cultura basada en la felicidad, la alegría y el desarrollo de las personas y así implantar nuevos productos, establecer nuevas relaciones con clientes y proveedores y fortalecer la organización haciéndola más eficiente e innovadora. Y el modelo funcionó. Pero… ¿sería extrapolable esa cultura fuera de las tecnológicas?

Esta duda impulsó a Gurt a hacer durante años labores de consultoría para empresas de forma completamente gratuita. No ha dudado en compartir sus conclusiones en conferencias, en libros como “Diseña tu futuro: la felicidad en el trabajo es posible” o en el blog “Un CEO sin corbata”.

“Hablar y liderar desde el corazón es la única opción que veo para el futuro. La felicidad en el trabajo es la llave”, Jaume Gurt

La hora de la felicidad

En la actualidad, cuando el consumo de antidepresivos se ha disparado, cuando se amontonan las bajas laborales por estrés o cuando el 77% de la población quiere cambiar de trabajo y el 25% de los jefes reconoce sin tapujos que se está medicando por el estrés, Gurt asegura que ha llegado el momento de empezar a implantar la felicidad como el elemento vertebrador de los resultados. Y hay que empezar desde arriba. Es la tormenta perfecta.

“En organizaciones donde son felices, la gente no trabaja menos. Trabaja de otra manera. Cuando trabajé en Infojobs montando el concepto de felicidad, te encontrabas con personas que los fines de semana, aun estando de vacaciones, te enviaban ideas. Mientras que, si se lo pides con el látigo, no lo van a hacer. Es el gran paradigma. Cómo mueves a la gente a hacer más cosas, a ser más maduros, a salir de su zona de confort, a generar más valor desde la motivación. La felicidad está descrita como la sensación de un ser humano consigue cuando alcanza una meta deseada. La palabra clave es la última: deseada. Lo que significa que me muevo para conseguir un logro, un objetivo, una consecución, pero porque yo quiero. No porque me pagan, no porque me atizan con el látigo, sino porque yo lo deseo”, explica Gurt.

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Hacer equipo, ser amigos

Para Gurt, el principal trabajo está en los despachos directivos: “Las barreras están arriba, en la dirección”, asegura. Deben involucrar a las personas en los proyectos y no simplemente decirles lo que tienen que hacer. Además, todos los CEOS deberían preguntarse si sus valores se alinean de alguna forma con lo que hacen.

“Si yo llego a un sitio donde mi jefe se va tres horas tarde siempre, si toda la dirección se va tres horas tarde, qué termino haciendo. El primer día me voy, pero, cuando veo que soy el único que se levanta, al cabo de un mes o dos, estoy enganchado al sistema. (…) Uno de los elementos que siempre aparece está vinculado con la no delegación. Cuánto cuesta a los jefes ‘antiguos’ delegar… Dicen ‘yo delego un montón’, pero tienen que controlarlo absolutamente todo”, un problema que se hace aún mayor a medida que las empresas crecen.

“El trabajo tiene que ser un lugar donde crecer, donde desarrollarme, donde sociabilizar…”

¿Y cómo delegar? “Apóyate en tu equipo. Hay un estereotipo de líder que lo tiene que saber todo, que tiene que ser un superhéroe y eso no es cierto. Los líderes somos humanos, podemos equivocarnos, no sabemos de todo, lo que tenemos que ser es suficientemente hábiles para rodearnos de un equipo que tiene que complementarnos. Y eso no sucede; sobre todo en España. Buscamos a nuestros pares, a nuestros parecidos, no a los que somos diversos. (…) Un equipo con todo porteros no va a ganar la Champions. Necesito distintas figuras. En una organización pasa igual. Tú, como directivo, necesitas un equipo que tiene que ser complementario: si lo tienes unido, te puedes apoyar en él. Donde tú no llegues, llegará el equipo. Es un cambio de pensamiento sobre el cómo funcionan las organizaciones”.

“Un equipo con todo porteros no va a ganar la Champions”

Otro aspecto importante es el de la sociabilización: “Hoy nos faltan horas para estar con los amigos, con la familia, con nosotros mismos. Hay tantos impactos que estamos perdidos. El trabajo tiene que ser un lugar donde crecer, donde desarrollarme, donde sociabilizar…” Y, una vez más, en los CEOs está el primer paso.

“Yo me encuentro con directivos que me dicen ‘yo no puedo ser amigo de mis trabajadores’. Por qué no. La respuesta es muy fácil: no lo quieren ser, porque saben que un día, tal vez, los tengan que despedir y no quieren pasar por ese tránsito. Pero eso es como la vida misma. Yo me casé, me divorcié. Como no quiero divorciarme, no me tengo que casar. Pues esto es lo mismo. Tenemos que hablar de personas maduras, adultas”, nos explica Gurt.

Y, por último, ponle ilusión: “¿Qué hace una empresa de paquetería? Reparte paquetes. ¿Qué hace Papá Noel? Reparte ilusiones. El trabajo es el mismo, pero el propósito puede ser mucho más potente”.

Así es tu trabajo, así es tu vida

Parece una utopía, pero funciona y no se necesita una gran inversión: al menos de dinero. “Un cambio no tiene por qué ser un implemento de costes. Un cambio no tiene por qué ser un momento boyante. Y se pueden hacer mil cosas que son gratuitas o que cuestan muy poco dinero”, nos señala. La principal sería algo tan económico como “conocerse a uno mismo”.

“Primero, conócete. Haz un trabajo profundo de autoconocimiento. Por qué me quedo enganchado ahí, qué es lo que hace que no pueda desconectar, qué es lo que yo me llevo conmigo a casa… (…) Porque eso que te pasa con el trabajo te pasará con otros entornos: con tu mujer, con tus hijos, con muchas más cosas… Empiezas a ver que hay patrones que se repiten”, señala Gurt.

“La conexión con alguien o con algún trabajo siempre viene vinculado a temas personales”

“En una empresa hay emociones, no solo hay trabajo. Y las emociones conectan. Nosotros terminamos recordando aquello que nos ha emocionado. Y especialmente el ser humano intenta recordar las positivas. (…) Si yo quiero que se acuerden de mi empresa, de mi proyecto, tengo que emocionarlos. Y eso no se hace con látigos, no se hace con números, se hace con alma. Esa madurez empieza por uno mismo. Cómo un líder o directivo puede gestionar a su equipo si está estresado. Primero tiene que comenzar a gestionarse a sí mismo y eso es autoconocimiento, autogestión, estado emocional…”

“La tormenta está encima nuestro y va a ser cada vez peor”

Aquí tienes la teoría, pero es hora de llevarlo a la práctica: “Los momentos de crisis actuales son grandes momentos para hacer cambios, porque en los momentos de bonanza no hay nadie que quiera cambiar. Cuando yo estoy supercómodo en mi casa o estoy super cómodo en un trabajo, la gente no cambia. Cambias cuando ves una tormenta. La historia es que la tormenta está encima nuestro y va a ser cada vez peor. La decisión de la compañía y de las personas es cuándo están dispuestas a hacer ese cambio. Si lo hacen tarde, se van a empapar. Si lo hacen pronto, podrán hacerlo con menos esfuerzo. La crisis une a las personas: cuando tienes una crisis, ya no la puedes resolver solo. Lo pasamos mal y buscamos el apoyo de los demás. Es una excelente oportunidad para transformar la cultura, para motivar a la gente, para hacer cambios, para crear equipos, para hacer cohesión, para alinear hacia un propósito”, nos anima.

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