Decir que la mayor parte de los nuevos empleos del futuro tendrán una raíz esencialmente tecnológica no es descubrir nada nuevo. Tampoco lo es afirmar que los líderes de los próximos años seguirán reflexionando sobre cuestiones como ¿por qué es importante el conocimiento? o ¿qué diferencia a la inteligencia humana de la artificial?
Son preguntas que no sólo no caducan, sino que adquieren una especial vigencia en el actual contexto de digitalización. Las humanidades seguirán teniendo un papel primordial en nuestro presente y futuro.
Así lo entiende David Niño, profesor del MIT (Massachusetts Institute of Technology) y responsable del programa de liderazgo de esta prestigiosa institución estadounidense. En esta entrevista, concedida hace algunos meses al diario El País, este experto en formación de directivos concluía que:
“En estos tiempos de automatización las humanidades no sólo no han perdido fuelle, sino que tienen mucho que ofrecer a los estudiantes universitarios”
Conocimientos intemporales
Las razones que expone son variadas. En primer lugar, este afamado docente considera que muchos de los conocimientos vinculados a las áreas STEM (Science, Technology, Engineering y Mathematics) tienen una esperanza de vida muy corta, o una obsolescencia programada para un momento muy próximo, si recurrimos al argot asociado a muchos de los ingenios tecnológicos que se desarrollan desde esas mismas disciplinas.
Con las humanidades pasaría exactamente lo contrario. “Muchas de las preguntas que se abordan en las humanidades son intemporales”, explica Niño, a lo que añade que son cuestiones que se pueden abordar “desde infinitas formas y puntos de vista”. Además, el auge de áreas de investigación como la ingeniería biológica o la Inteligencia Artificial harán, según el profesor del MIT, que las humanidades terminen por recuperar “un lugar destacado en nuestras escuelas y, lo que es más importante, en el transcurso de toda nuestra vida”.
Clave para el liderazgo
De hecho, tanto este pensador como muchos otros vinculados al humanismo consideran que las humanidades no sólo van a reverdecer viejos laureles en el terreno formativo, sino también en la cúspide de las organizaciones empresariales. Es el caso de Paul Woodruff, profesor de la Universidad de Texas, tal como recuerda en la citada entrevista su homólogo en el MIT:
“Las humanidades no sólo continúan desempeñando un papel relevante en la educación de nuestros estudiantes universitarios, sino también en el desarrollo de nuestros futuros líderes”.
En este punto, Niño recuerda que igual que el conocimiento teórico no es incompatible con el práctico, las humanidades tampoco están reñidas con la tecnología: “La buena teoría puede ser práctica y la buena práctica puede ser documentada por la teoría”. Por eso, explica que uno los objetivos del MIT (y así lo expone su lema) es educar a los jóvenes para que apliquen los conocimientos adquiridos en mejorar la sociedad. “Representa un bonito ejemplo de lo que enseño: el liderazgo”. Por eso, las humanidades siguen siendo fundamentales, aunque sólo sea para mantener ese interés de los líderes del futuro por impactar en el mundo que les rodea.
Eso no significa que Niño se muestre contrario a los avances tecnológicos. Ni mucho menos. De hecho, considera que la digitalización de la educación está rompiendo viejas barreras sociales y democratizando el acceso al aprendizaje. Pero sí entiende que las herramientas digitales no funcionan “para hacer el trabajo duro del liderazgo”. De hecho, concluye que “se podrían incluso dejar de lado todas esas herramientas y enfocarnos en practicar el liderazgo entre nosotros de una manera esencialmente social y, por ello, más natural y directa”. En definitiva, de un modo más humano.