Hablar por Hablar! Y no me refiero al clásico programa de la Cadena Ser de Gemma Nierga, del que durante años fui oyente.
Algunos en nuestro entorno profesional no paramos de hablar, y encima utilizamos un montón de palabrejos de esos que van y vienen, ahora toca liderazgo humanista, impacto social, pink washing…. y así vamos utilizando vocablos chulos en los que nos retroalimentamos, nos recreamos, en realidad nos entendemos entre nosotros, con nuestros iguales y eso ya nos genera cierta satisfacción, incluso nos escuchamos a nosotros mismos y como que a veces hasta nos gusta lo que decimos!
Este es, en mi opinión, un mal de nuestra forma de comunicarnos, porque no nos ayuda a crear un estilo y lenguaje propio, de hecho homogeneiza nuestro lenguaje profesional, decimos las cosas como manda la tendencia en lugar de expresarnos de una forma más auténtica. Hoy he estado en una comida con un contacto profesional al que admiro, durante nuestro encuentro le he contado las cosas a mi estilo, con mi forma natural y me lo he pasado genial Angel Bonet.
Credibilidad, lenguaje y autenticidad
Pero después de la comida tenía que asistir a una junta de una entidad, en la que no me conocían y debía hacer una presentación. Me he puesto a hablar con esos palabrejos, quizás para impresionar y ganar credibilidad. Me he dado cuenta en ese mismo momento y me he dado pereza de mí misma, porque a veces ganar credibilidad con ese tipo de lenguaje es proporcionalmente inverso a conectar con las personas.
El reto es conectar utilizando tu propio lenguaje y no el que marca la tendencia en Management, es difícil sí, pero es posible.
Prometo mejorar Andrés de la Dehesa Tejedor. Me encanta cuando las personas tienen expresiones muy propias, cuando no imitan ni beben de la tendencia.
Si hay dos errores fáciles de detectar hoy en las empresas en la forma de comunicarse entre las personas…
Uno es este, el de la moda en el lenguaje, y otro mal, con consecuencias mucho peores, es el sincericidio, primer enemigo de la motivación laboral. Confieso que durante una etapa como empresaria, en aquel momento en el que estalló la necesidad de transparencia en las empresas, fui muy sincericida.
Las personas que practican el sincericidio, a veces sin querer, pecan de serenidad o de empatía o de ambas cualidades. Ojo que tu entorno puede considerarte una persona muy empática, como podría ser mi caso, y sin embargo que la serenidad te arruine y te lleve al sincericidio. Diría el experto Juan Carlos Cubeiro Villar. Transformación Talento y Liderazgo que hay que ser fiel a la verdad escogiendo muy bien las palabras.
Qué gran poder tenemos las personas si nos esforzamos en decir las cosas sin las palabras de moda y si evitamos la sinceridad sin límites, esa que nos lleva a la falta de tacto y a la brusquedad en la forma de comunicarnos en las empresas. Dejemos lo de Hablar por hablar para ese mítico programa de radio.
¿ Cuántas palabras de moda utilizas en tus conversaciones? ¿ Cómo eres de sincericida? Yo me estoy rehabilitando!!