Las cinco pautas del pensamiento positivo

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Borja Milans del Bosch | Madrid

Conferenciante, formador y coach
@borjacoach

 

Debes darte cuenta de que no son los pensamientos los que nos hacen sufrir, sino el apegarnos a ellos y creer que son la única forma de relacionarnos con la realidad. Los pensamientos nacen de un modelo mental que hemos ido adquiriendo con los años, el cual ni siquiera hemos revisado.

Te propongo que despleguemos el mejor de nuestros optimismos y la visión positiva de las cosas, ya que sólo así lograremos apegarnos a otros pensamientos más saludables y aguantar más y mejor el tirón que nos requiere nuestro día a día profesional. Esto que digo nada tiene que ver con el autoengaño o la negación enfermiza del que vive en el mundo de Pin y Pon.

El pensamiento positivo tiene cinco características básicas:

1. Contribuye de forma beneficiosa a la situación. Me permite preguntarme qué puedo hacer, es decir, me permite aportar de mí, buscar en mi interior los recursos, emplear la imaginación, pensar fuera de la caja, movilizar resortes que hasta ahora tengo desaprovechados y desarrollar otros nuevos.

2. Pone el foco en el aprendizaje. Un aprendizaje al que accedo preguntándome qué me enseña esta situación desde una apertura a lo nuevo, desde una humildad que nos permite reaccionar con determinación y adaptarnos a la incomodidad de lo nuevo o de lo desconocido.

3. Aporta alternativas creativas y constructivas. Además de permitirnos ver las cosas desde una perspectiva posibilista, me empuja a cuestionarme el beneficio que hay detrás de esta situación, una pregunta que por aversión a la inseguridad que nos genera lo desconocido eludimos plantearnos. Pasar por todo este desierto nos obliga a dar lo mejor de nosotros mismos y nos va a traer algún beneficio aunque ahora seamos incapaces de adivinarlo.

4. Me ayuda a comprender las situaciones para el futuro. Me da experiencia, me da amplitud y profundidad de miras, me ayuda a aceptar situaciones que de otro modo y en otras circunstancias me resistiría frontalmente. Me permite desarrollar resiliencia.

5. Me enseña a estar más calmado y sereno. Si algo necesitamos hoy en día en el mundo empresarial es calma y serenidad para tomar las mejores decisiones y como consecuencia de ellas lograr el máximo resultado posible.

Cualquier persona positiva toma como punto de partida la realidad en la que está inmersa, pero, lejos de dejarse vencer por la negatividad asociada a los realistas, es capaz de sacudírsela igual que un perro mojado se sacude el agua. Esa mirada con esperanza, esa actitud perseverante, esa manera de afrontar lo que sucede, es lo que nos mantendrá a flote.

Recuerdo una ocasión en la que me dijeron «si quieres que tu proyecto fracase, rodéate de realistas». ¡Cuánta verdad en tan pocas palabras! El pensamiento positivo nos permite relacionarnos con la realidad aprovechando al máximo nuestras capacidades, habilidades y recursos propios. No solo debemos ser optimistas y positivos, debemos ayudar a los que no lo son a que aprendan a serlo. Con ello, además, consolidaremos nuestro optimismo y positivismo en favor de nuestros proyectos empresariales.

Borja Milans del Bosch también nos propone un ejercicio en su artículo ¿Piensas en positivo?