Daniel Jiménez y la teoría de la empresa cuántica

Sobre la naturaleza de las empresas se han elaborado todo tipo de metáforas y analogías a lo largo de la historia. Pero siempre hay alguna mente clarividente capaz de añadir alguna idea nueva entre tanta literatura. Por ejemplo, Daniel Jiménez, director de Vodafone Business, considera que las tres ramas en las que se divide la física (la clásica, la electromagnética y la cuántica) conviven también en el ámbito empresarial, y es responsabilidad de sus líderes saber en qué situación se encuentra su compañía y a cuál de esas categorías aspira a pertenecer.

Un auténtico y sorprendente epílogo para la cuarta entrega de la web serie, CEO Rebels, conducida por Juan Luis Polo, CEO y fundador de la agencia independiente Good Rebels, cuyo objetivo es dar visibilidad a los directivos más valientes del panorama actual.

“Las empresas clásicas tienen que ser muy grandes para ser capaces de atraer y su principal valor es el tamaño, la escala. Las electromagnéticas consiguen atraer porque han sabido trabajarse muy bien su magnetismo. Y las cuánticas, que viven en la incertidumbre, siempre deben estar preparadas para cualquier tipo de cambio. Estas últimas hacen cosas que son impensables, ya sea por tiempos, por capacidad o por la sorpresa que puedan generar”.

“Una empresa tiene que saber a qué juega, cuál es su cuerpo: clásico, electromagnético o cuántico” Daniel Jiménez, Director General de Vodafone Business

Lo ideal es tener las ideas claras

Aunque en un periodo de fuerte disrupción tecnológica como el actual las empresas cuánticas parecen, a priori, mucho más atractivas que las otras, Jiménez anima a tener las ideas claras: “Hay pocas empresas cuánticas, bastantes magnéticas y muchas clásicas, que lo hacen muy bien, son sólidas y constantes y tienen un proyecto”. Por eso, considera que el mayor error es “tener un cuerpo de empresa clásica y creer que eres magnética o cuántica”. Además, añade, “estos tres tipos de empresas pueden convivir perfectamente”, así que lo esencial es “saber a qué juegas, cuál es tu cuerpo”.

En todo caso, el director de Vodafone Business opina que existe una mezcla ideal para desenvolverse con éxito en el convulso mundo actual: “Hay que intentar ser magnéticos, estar preparados para vivir en la incertidumbre y tener capacidad para hacer cosas con rapidez y escala cuando te obligan a cambiar”. Y para conseguir todo eso, concluye, “tienes que invertir un tiempo cada vez más escaso, porque la incertidumbre no es nueva, ha existido siempre, lo que sucede es que se va acortando en el tiempo”.

Entre el mundo físico y el digital

Un ejemplo de la importancia de estar preparados para los cambios es la necesidad de adaptarse al nuevo marco de operaciones que ha impuesto la digitalización. “A las empresas no hay que decirles que tengan una estrategia digital. Lo que hay que decirles es que simplemente tengan una estrategia en un mundo que ya es figital (físico y digital)”, sostiene Jiménez. Y pone como ejemplo el caso de Amazon, que “no solo es buena por sus algoritmos o su web, sino porque tiene unos almacenes que sabe gestionar muy bien. La parte digital es complementaria de la física y el error es disociarlas”.

En el caso de Vodafone, ese esfuerzo por actualizar su oferta de productos y servicios a las disrupciones tecnológicas de nuestro tiempo pasa por traer al presente las tres señas de identidad que la compañía ha mostrado desde su nacimiento: foco en la movilidad; naturaleza wireless (sin cables); y apuesta por la innovación, el servicio y la experiencia. En opinión de Jiménez, el reto ahora es “encontrar estas claves con otros componentes tecnológicos, otras redes y otro contexto económico”.

El foco en la pyme

Otro de los caminos por los que ha optado Vodafone para acometer esa transición otorga todo el protagonismo a la transformación tecnológica de las pequeñas y medianas empresas españolas, para las que ha puesto en marcha un consorcio para la digitalización de la pyme. “Pensamos que si lo hacemos bien con las pymes también lo haremos bien con los autónomos. Y si tenemos esa gigantesca masa crítica, también lo haremos bien con las administraciones públicas y las grandes compañías”.

Conquistar el segmento de la pyme, que representa más del 99% del tejido empresarial de nuestro país, es una labor titánica que muchos han intentado abordar anteriormente sin demasiado éxito. En opinión del director de Vodafone Business, requiere “una capilaridad comercial muy alta, capacidad para procesar millones de operaciones cada mes y asumir que la lealtad es efímera, porque cambiarse es muy fácil”. Pese a ello, matiza Jiménez, “si eres bueno en lo que haces, la pyme es súper leal”.

El éxito de ser bueno en lo que haces

En el caso de la propia Vodafone Business, hay pymes que llevan ya más de 20 años confiando en sus servicios. Este milagro, tal como explica Jiménez, es el fruto de apostar por una metodología radicalmente opuesta a la que suele utilizarse en la industria tecnológica:

“Primero pensamos cuánto pagaría alguien por un determinado producto y solo entonces empezamos a construirlo. Es un arte elaborar así los productos, porque es una mezcla de hacer algo a medida, pero con carácter industrial”.

Los resultados avalan este modus operandi, ya que “Vodafone Business es la tercera compañía que más tecnología vende a otras empresas en España y, por tamaño, podríamos formar parte del Ibex 35”. Sin embargo, concluye Jiménez, “hemos decidido que nuestro cliente promedio sea la pyme”. En definitiva, la filial corporativa de Vodafone no renuncia a su naturaleza de empresa clásica capaz de llevar su producto al gran público, al que trata de seducir con su magnética capacidad para la innovación y esa versatilidad tan propia de las compañías cuánticas para adaptarse rápidamente a los cambios.



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