La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) está transformando significativamente el papel de los Consejos de Administración en las empresas. Este cambio no solo implica la adopción de nuevas tecnologías, sino también una revisión profunda de las estrategias y prácticas de gobernanza. Y la llegada de nuevas figuras a las estructuras de la organización.
La inteligencia artificial generativa (IAG) está evolucionando a una velocidad de récord. Desde el lanzamiento de ChatGPT, Bard, Claude, Midjourney y otras herramientas de creación de contenidos, la adopción de la IA generativa ha crecido a un ritmo asombroso tanto entre los consumidores como entre las empresas, haciendo que los consejos de administración se planteen muchas preguntas y duden sobre cómo abordar su implementación.
Es el momento de estar atentos y prepararse para la reconversión, tal y como señala Óscar García-Velasco, socio director de Amrop España.
“Se avecina un cambio muy profundo y los consejos de administración, como máximo instrumento de gobierno corporativo de una organización, elegidos para que ésta avance, deben estar preparados”
Lecciones para la eficiencia operativa de la IA en los consejos de administración
Tomando como punto de partida el papel que el consejo de administración desempeña dentro de una organización, desde Amrop España explican una serie de consideraciones que cualquier consejo debe tener en cuenta ante la adopción de la IAG:
• Conocer y comprender los riesgos y oportunidades que ofrece la IA: Necesitamos un marco teórico que nos ayude a entender su funcionalidad, limitaciones y riesgos, porque esta innovación tiene la capacidad de transformar el posicionamiento competitivo del negocio y las habilidades necesarias para servir eficazmente a los clientes en el futuro, así como acelerar la productividad y mejorar la eficiencia.
• Alineamiento estratégico: El uso de la IA debe estar alineado con la estrategia de la compañía en diversas áreas: tecnología, capital humano, sostenibilidad… por lo que el consejo deberá repensar y adaptar la estrategia empresarial.
• Casos de uso iniciales: La idoneidad de los casos de uso es clave para valorar correctamente la adecuación de la tecnología y sus potenciales riesgos, así como para facilitar la adopción
• Establecer un modelo de gobierno corporativo. La definición de un modelo de gobierno (dato y usos) adecuado a los riesgos analizados, así como su actualización constante, es una función crítica.
• Analizar el impacto en el talento y diseño organizativo y actuar consecuentemente. Como la tecnología avanza día a día, es fundamental escalar casos de uso y evaluar los resultados, desarrollar capacidades y profundizar en su uso.
Incorporar la IA al gobierno corporativo Amrop España previene riesgos legales corporativos y para consejeros; diferencia a la empresa que la aplica de la competencia; y solidifica la marca en el mercado y potencia su empleabilidad.
“La gobernanza en IA aún no es obligatoria, pero lo será”, advierte García-Velasco. “La introducción de la IA en una organización no va en detrimento del talento humano, sino que lo potencia. Es cierto que supone un cambio obligado estructural y de personas, pero, si aprendemos a trabajar con ella y reeducamos a los empleados que puedan verse más afectados por los cambios, nos va a facilitar las tareas y propiciará la innovación, así como aumentará la protección”, asegura el directivo.
Llega el Chief Artificial Intelligence Officer
Aparejado a este proceso de adopción del cambio, desde Amrop destacan la llegada de una nueva figura profesional que deberá equilibrar la inteligencia artificial con la inteligencia humana: el CAIO (Chief Artificial Intelligence Officer), o director de inteligencia artificial.
Este perfil puede cubrir cuatro grandes roles directivos: el del Chief Digital Officer, el del Chief Technology Officer, el del Chief Data Officer y el del Chief Ethical Officer. Y se define por cuatro cualidades esenciales:
• Visión estratégica y profundo entendimiento del negocio, para ser capaz de alinear las iniciativas de IA con los objetivos y prioridades organizacionales.
• Pasión por la innovación y con curiosidad para mantenerse al tanto de los últimos avances y tendencias emergentes en el campo de la IA. Esto incluye: avances tecnológicos, desarrollos regulatorios y cambios en el panorama competitivo, para mantener a la organización a la vanguardia de la innovación.
• Excelentes habilidades de comunicación e interpersonales. Deberá tener la capacidad de transmitir conceptos técnicos complejos a audiencias no técnicas y tratar con los distintos departamentos de la empresa.
• Con autoridad moral y altas consideraciones éticas y regulatorias relacionadas con la IA, incluidos los requisitos de privacidad, seguridad y cumplimiento, así como en materia de sostenibilidad, diversidad e inclusión.
No hay que olvidar, advierten desde Amrop España, que la ética debe gobernar los cambios. “Hay que tenerla en cuenta desde la concepción de cualquier proyecto, hacer las cosas paso a paso, saber hacia dónde vamos y tener claras las consecuencias de cada hito. La aplicación de la IA tiene que ser evolutiva, no revolutiva”, concluye García-Velasco.