Jacobo Parages, empresario y deportista, ha protagonizado el Desayuno Canal CEO en la Universidad Europea de Madrid. El encuentro, desarrollado gracias al apoyo de Logistic Services Europe, Bluemove y Nacex ha reunido a 20 profesionales del sector.
Este desayuno ha tenido como objetivo principal reflexionar sobre cómo gestionar los malos momentos en el ejercicio de nuestro liderazgo, y aprender de ellos. El ponente, que convive con la espondilitis anquilosante desde hace 20 años, considera que «el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.»
¿Cómo crecer desde el dolor y la adversidad?
Jacobo Parages convive con la espondilitis anquilosante desde hace 20 años, una enfermedad que le obligó a aprender a gestionar la forma de levantarse de la cama cada mañana o a dormir sentado durante más de cinco años a causa del dolor. En 2013, le detectaron un tumor maligno del que ya está recuperado.
Jacobo lo explica así: «Es muy triste para una persona tan joven pensar que su horizonte estaba probablemente en acabar como el tronco de un árbol. Hubo momentos en mi vida en los que estornudar era una tortura. Cuando te pasa algo así, tienes dos opciones:
- Rendirnos a la situación.
- Convertirlo en una palanca que nos haga empoderarnos, crecer sobre la adversidad y el dolor, y llegar a terrenos destinados para nosotros que quizá no teníamos ni siquiera pensados.»
Los retos
Para superar dichas adversidades, Jacobo se puso varios retos deportivos. Para este luchador: «Nosotros decidimos cómo sufrimos: en positivo o intentamos minimizar el dolor a través de la opción.»
El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.
Para Jacobo el dolor es inevitable y la opción que ha abrazado desde el sufrimiento ha sido intentar «superar límites llevando a cabo distintos retos deportivos.» Así, Jacobo logró −desde el sufrimiento− convertirse en la primera persona en cruzar a nado el Estrecho de Gibraltar y, después, el Canal de Menorca.
¿Cómo ser un buen líder cuando las cosas no van bien?
A veces, cuando las cosas no van bien extendemos nuestras frustraciones y hacemos partícipes de nuestros problemas a nuestros equipos de trabajo. En este sentido, Jacobo considera que «es fundamental tener un diálogo positivo. La comunicación rompe cualquier barrera, cualquier límite. Y un buen líder tiene que tener una comunicación honesta, transparente y en positivo.»
«Cuando un líder no sabe gestionar sus emociones y las transforma en negativo se multiplican por mil y se hacen completamente tóxicas. Hay que mirar más allá de tu preocupación como líder e intentar depositar la responsabilidad que tienes en que tu preocupación no intoxique a los demás, sino que desde tu propio estrés utilizar tus herramientas −que las tienes− para intentar motivar a los demás, incluso cuando estás atravesando la peor de las tempestades», añade.
Todas las personas tenemos muchas más habilidades de las que creemos que tenemos y, a veces, despertamos habilidades cuando la vida nos saca de nuestra zona de confort.
La (auto)gestión en los momentos incómodos
Según el autor de Lo que aprendí del dolor (2017), hay cinco elementos que un líder tiene que tener para autogestionarse y para gestionar a los demás en momentos en los que no estamos cómodos:
- El agradecimiento.
- La comunicación transparente y en positivo.
- El reconocimiento.
- La formación.
- El ejemplo como líder.
Recursos de Personas
Una filosofía a las que muchas empresas ya se están sumando es la de las personas primero. Para Jacobo, se trata de una tendencia que no tiene marcha atrás:
El recurso más importante que tiene una empresa son las personas.
«Si no sabemos gestionar la parte humana de las personas que forman parte de los equipos de trabajo de las empresas, vamos en la mala dirección. Estamos muy acostumbrados a tomar decisiones desde la parte racional −que es muy importante−, pero no estamos acostumbrados a gestionar nuestra parte emocional, nadie nos ha enseñado y es la parte más humana que tenemos.»
El papel de los líderes
Para este empresario, deportista y luchador, los líderes tienen un papel muy importante en la gestión de las emociones y de la parte humana de las personas que forman parte de los equipos: «Si no sabemos gestionar la parte humana de las personas que forman parte de los equipos de trabajo de las empresas, vamos en la mala dirección.
Estamos muy acostumbrados a tomar decisiones desde la parte racional, pero nadie nos ha enseñado a gestionar nuestra parte emocional que es la parte más humana que tenemos.
Jacobo considera que si desde los departamentos de recursos de personas, incluso los líderes, empiezan a indagar un poco en la parte emocional, a dar un espacio a la persona que lo acompaña en su equipo de trabajo, está sumando puntos para llevar a esas organizaciones a un ambiente mucho más sano, más llevadero y mucho más motivante hacia las personas que colaboran con nosotros para el logro de metas.
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